La firma biométrica es una tecnología que permite capturar la firma manuscrita utilizando dispositivos especiales para ello (tabletas digitalizadoras), que capturan, además del propio grafo “imagen” de la firma, los rasgos biométricos del firmante, es decir, las características de la firma que lo identifican de forma unívoca, por tratarse de rasgos que son inherentes a la persona y permiten autenticar la identidad.
Estos rasgos biométricos son, principalmente, la velocidad y aceleración en la escritura, la presión con la que se firma, las inflexiones y cambios de dirección y el vuelo del lápiz mientras se firma.
A diferencia de otras tecnologías biométricas, como la biometría por voz, la huella dactilar, el reconocimiento de iris o el reconocimiento por voz, la firma biométrica es mucho más sencilla de gestionar, ya que el usuario está acostumbrado a firmar y se muestra menos reticente a utilizar esta biometría.
Como la mayoría de las personas están acostumbradas a utilizar sus firmas durante interacciones con los clientes o proveedores, la firma biométrica se considera menos invasiva que otras técnicas biométricas.
Tanto gestores como clientes pueden firmar de una manera fácil y rápida desde la pantalla táctil de un dispositivo móvil gracias a la aplicación de firma biométrica. Una vez la aplicación está en funcionamiento, se presentan las siguientes opciones: visualizar documento, firmar documento y finalizar operación. La experiencia de usuario y la percepción que tiene de la compañía mejoran significativamente al recibir mejor servicio y de manera más segura.
La seguridad jurídica de la firma biométrica se debe basar en 10 principios:
El creciente uso de documentos electrónicos ha creado la necesidad de contar con soluciones y servicios especializados que garanticen la autenticidad, integridad, seguridad y valor legal en las transacciones electrónicas. En este sentido, las soluciones de firma biométrica de Serban cumplen con todos los requisitos de la definición de Firma Electrónica de la Directiva Europea