Cada 9 de diciembre se celebra el Día Mundial de la Informática, una fecha que reconoce el impacto que la tecnología tiene en nuestra sociedad. Desde los primeros ordenadores hasta la nube híbrida, la inteligencia artificial generativa o la virtualización del puesto de trabajo, la informática ha guiado la evolución del mundo tal y como lo conocemos. ¿Quieres saber por qué lo celebramos este día? ¡Sigue leyendo!
La elección de este día no es casualidad y es que esta fecha es en honor al nacimiento de Grace Hopper nacida en 1906. Grace no fue una persona cualquiera en la historia de la tecnología, fue una visionaria, matemática, investigadora y militar y su labor cambió para siempre la forma en que usamos los ordenadores.
Hopper formó parte del equipo que trabajó sobre el Harvard Mark I, uno de los primeros grandes ordenadores electromecánicos de la historia. Y fue ella quien, en 1952, desarrolló el primer compilador, un software que permitía traducir instrucciones escritas por humanos en lenguaje de máquina, sentando así las bases de los lenguajes de programación de alto nivel.
Ese avance allanó el camino para uno de los lenguajes más influyentes de todos los tiempos: COBOL, diseñado para el mundo empresarial y que democratizó el uso del ordenador más allá de laboratorios militares o instituciones académicas.
La informática, gracias a Hopper, dejó de ser una ciencia inalcanzable para convertirse en una herramienta accesible, entendible y útil para la sociedad. Hoy, su legado sigue presente en cada línea de código, en cada aplicación empresarial y en cada entorno digital que utilizamos a diario. Gracias a Hopper, la informática se convirtió en el motor de una transformación que no ha dejado de acelerarse durante las últimas décadas.
La informática moderna ha recorrido un camino extraordinario desde los primeros logros de Grace Hopper. Ese progreso puede entenderse en grandes etapas que reflejan cómo ha ido cambiando nuestra relación con la tecnología:
Los ordenadores ocupaban salas enteras y funcionaban mediante tarjetas perforadas. El acceso se hacía a través de terminales que solo permitían ejecutar tareas muy concretas.
Las empresas comenzaron a confiar en la informática para automatizar procesos críticos, como nóminas o inventarios. Además, se establecieron los cimientos del software de gestión y nació la primera visión de IT como pieza estratégica del negocio.
Las máquinas empezaron a ser más compactas y accesibles. Aparecieron los sistemas multiusuario y comenzaron los avances en bases de datos y sistemas operativos. Con el ordenadores personal, la tecnología llegó a los escritorios, expandiendo:
La informática dejó de ser solo patrimonio de grandes corporaciones.
Los ordenadores comenzaron a hablar entre sí y la web cambió para siempre la forma de comunicarnos y trabajar:
La información ya no estaba “donde estaba la máquina”, sino donde estuviese la conexión.
La llegada del Wi-Fi y los dispositivos móviles abrió paso al trabajo nómada. A la vez, la virtualización permitió ejecutar múltiples máquinas en un mismo servidor, optimizando recursos y habilitando nuevas arquitecturas:
Las empresas redujeron costes y aumentaron eficiencia, sin perder control.
El Cloud Computing dio un salto decisivo: la tecnología se convirtió en servicio.
La informática se adaptaba al negocio, no al revés.
El puesto de trabajo digital se consolida como estándar: lo importante es la experiencia, no dónde se encuentra la persona.
Entramos en una etapa donde la informática está diseñada alrededor del usuario, no de la infraestructura.
Hoy en día la informática es mucho más que aquellas máquinas gigantes de los inicios destinadas a avances científicos o militares. En la actualidad:
Todo esto es posible porque pioneros como Grace Hopper imaginaron una informática más humana, accesible y útil y... ¡esto es solo el comienzo! Tecnologías como la inteligencia artificial generativa, la automatización avanzada, la computación cuántica o los entornos virtuales inmersivos seguirán redefiniendo cómo trabajamos, aprendemos y colaboramos.
La informática no es estática: es un campo vivo que se reinventa constantemente para dar respuesta a nuevas necesidades y abrir oportunidades que hasta hace poco parecían ciencia ficción.