El Digital Workspace no es un producto único, sino un conjunto de capacidades que se articulan para ofrecer una experiencia completa al usuario final. Estas son las capas que lo hacen posible:

1. Orquestación inteligente de identidades y accesos
Ofrece a cada persona un único punto de entrada a sus aplicaciones, datos y herramientas, sin importar si están en la nube o en local.
El objetivo: simplificar la experiencia de uso y reducir la fricción en el día a día, evitando múltiples inicios de sesión, interfaces desconectadas o accesos inconsistentes.

2. Gestión centralizada de usuarios y permisos
Una solución de espacio de trabajo digital debe permitir administrar de forma eficiente quién accede a qué, cuándo y desde dónde.
Esto no solo mejora la productividad del equipo IT, sino que refuerza la seguridad y el cumplimiento normativo al mantener una gestión ordenada del ciclo de vida de cada usuario.

3. Colaboración segura y contextual
Trabajar bien no es solo acceder: es poder colaborar en tiempo real, compartir información de forma controlada y mantener el flujo de trabajo, sin importar si estás en la oficina, en casa o de viaje.
La colaboración en un Digital Workspace debe estar integrada, ser intuitiva y no comprometer la seguridad del entorno.

4. Visibilidad de uso y rendimiento

Contar con datos precisos sobre cómo se está usando el entorno digital permite tomar mejores decisiones, anticipar problemas y mejorar continuamente la experiencia del usuario.
Desde el tiempo de carga hasta la adopción de herramientas, un buen Digital Workspace debe ofrecer trazabilidad y visibilidad en tiempo real.