Claves del trabajo híbrido para mejorar la productividad de tu equipo

Si bien la mayoría de las empresas sigue teniendo protocolos acordes a las indicaciones de las autoridades sanitarias, poco a poco el mundo se prepara para asumir que el Covid-19 pasará a ser endémico próximamente. Dejando de lado el escenario de pandemia, se va proyectando una ‘nueva normalidad’. En ese contexto, ya nadie duda que el futuro del trabajo se caracteriza por su condición híbrida: virtualidad y presencialidad.

Según un estudio de Bain & Company, el 58% de los trabajadores de las 10 economías más grandes del mundo dijeron en una encuesta que están repensando el balance entre su trabajo y su vida personal. Más allá de esta perspectiva individual, las empresas también lo consideran, por costos y agilidad.

¿Tienen en claro las organizaciones cómo terminarán acomodando sus espacios, dinámicas de trabajo y procedimientos? La situación actual aún es de transición, pero el trabajo del futuro se está perfilando. No solo cambiará la forma en que se venían realizando las tareas sino que habrá nuevas ocupaciones dentro de las compañías.

En este mar de incertidumbres, hay una certeza indiscutible: digitalizar espacios de trabajo es una tarea impostergable. Quienes aún no hayan comenzado ese camino, la ruta es inexorable.

La evolución de los digital workspaces

Google, ya anunció que sus servicios gratuitos de GSuites cambiarán de nombre y pasarán a tener costo a partir del 1º de julio de 2022. Microsoft sigue incorporando funcionalidades a su 365, por ejemplo con comandos de voz en Word. Amazon tiene su propuesta de valor que se potencia con su oferta de nube y hay otras alternativas disponibles en el ciberespacio como Workspace ONE Intelligent Hub de VMWare, Citrix Workspace, Avaya y NVIDIA, entre otras.

Hay que considerar que los espacios de trabajo digitales pueden referirse a diversas ‘capas’ de servicios, desde la infraestructura hasta las aplicaciones de uso cotidiano, pasando por sistemas específicos de cada compañía. Además, debe considerarse la diversidad de dispositivos con los que se conectarán y las utilizarán los diferentes perfiles de usuarios de la organización. Para el área de TI, también hay consideraciones relacionadas con el control de activos tecnológicos y la administración de todo ese entorno distribuido.

Mayor productividad 

A las herramientas más conocidas como el correo electrónico (combinable con el dominio propio), el procesador de textos, la planilla de cálculo y la herramienta para creación de presentaciones, que permitan el trabajo colaborativo y remoto, los workspaces agregan muchas otras funcionalidades. Videollamadas con diversas funciones -incluso la posibilidad de grabarlas-, mensajería instantánea corporativa, pizarras o tableros compartidos para notas o desarrollo de ideas en grupo más allá de la distancia física (como si fueran las ventanas de vidrio en las que se escribe con marcadores), micrositios o portales, formularios en línea, soluciones de seguridad integradas, almacenamiento en la nube de documentos (privados y compartidos), calendarios de citas y disponibilidad de recursos, funciones analíticas, etc.

Escritorios virtuales (VDI) y redes privadas virtuales (VPN), controles avanzados de acceso y otras funciones de seguridad (como el catálogo de aplicaciones autorizadas, integración con agentes de seguridad de acceso a la nube -CASB-, etc.) también hacen a tener un entorno digital de trabajo confiable y versátil para habilitar la máxima productividad.

El ‘norte’ es claro: lograr una arquitectura de digital workspace que brinde las condiciones para aumentar la productividad del personal, de forma tal que puedan aprovechar todo su talento y la compañía maximice sus beneficios. A partir de un buen diseño de lo que mejor ayudaría a aumentar la eficacia y eficiencia de los equipos internos, se podrá identificar cuál de las plataformas existentes en el mercado se adapta mejor a las necesidades propias. Desde ya que, luego, habrá que hacer las configuraciones particulares y las combinaciones de herramientas que se requieran por la dinámica cotidiana de cada organización. 

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