Es sabido que los principales proveedores de infraestructura de nube buscan ubicar sus datacenters en lugares con clima mayormente frío, para reducir el consumo energético en refrigeración; sin embargo, no es posible sólo limitarse a esas locaciones. El mundo está lleno de sitios donde se aloja gran cantidad de servidores y eso obliga a considerar la cuestión del consumo eléctrico, no sólo por el costo sino también por una cuestión de sostenibilidad y responsabilidad ambiental.
Indudablemente, esto refleja el dinamismo con el que crece el volumen y la complejidad de la información que manejan las organizaciones ya maduras en un escenario digital. Uno de los aspectos que subyace a esta realidad, está vinculado al consumo energético y la necesidad de trabajar con centros de datos responsables con el medio ambiente.
Paradojas de las nuevas tecnologías
Hay muchos factores a tener en cuenta a la hora de actuar atendiendo a los desafíos de desarrollo sostenible; uno de los que está dando qué hablar últimamente, tiene que ver con la tecnología de los chips que utilizan los servidores. A la par que aumentan su capacidad de procesamiento, están exhibiendo una generación de calor superior a sus antecesores.
El ahorro de consumo que podía lograrse con nuevas tecnologías (menos servidores para cumplir más funciones), se está compensando con mayor consumo y temperatura. En pocos años, la potencia total de unos pocos servidores superará los 5 kW, y un cuarto de rack de servidores bien configurados podrá alcanzar los 10 kW si se sobrecargan simultáneamente.
Los sistemas especializados de computación de alto rendimiento (HPC) basados en GPU ya pueden requerir cientos de vatios por chip en su pico de potencia. Además de la elevada potencia térmica, tienen límites de temperatura más bajos. Cada vez son más los operadores de centros de datos que se plantean la refrigeración líquida directa (DLC), como una solución frente a esta realidad que requiere de múltiples estrategias desde una visión de tecnología con sentido.
La separación del aire, la flexibilización de la temperatura y un control más estricto de la refrigeración, los ventiladores y la distribución de energía, así como el uso de fuentes de energía renovables, apuntan a instalaciones mucho más eficientes en el uso de los recursos.
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¿Cómo lograr un Green Data Center?
La resiliencia es una de las condiciones sine qua non en cualquier DC en la actualidad, sobre todo por cuestiones vinculadas a seguridad. Pero el cumplimiento de normativas internacionales referidas a lo ambiental, también entra en la ecuación de los equipos de TI a la hora de hacer sus presupuestos y planes de acción. El tamaño actual de los centros de cómputo donde corren plataformas de nube, genera enormes emisiones de carbono y las auditorías no se quedan sólo en las empresas sino que investigan también lo que hacen sus proveedores, clientes y socios de negocios. La generación de energía es un gran problema ambiental de nuestro tiempo.
De ahí surge el término Green Data Center, que son aquellos que usan energías renovables como principal fuente de energía, emiten menos dióxido de carbono, tienen un mínimo de desechos y permiten el re-uso de infraestructura como los servidores. Adicionalmente, utilizan tecnología innovadora tales como las pila de combustible de hidrógeno, combustible HVO y técnicas avanzadas de enfriamiento.
La tendencia es clara. La sostenibilidad ya es una cuestión más que se suma a las preocupaciones de los equipos IT, que requerirán servicios que les ayuden a lograr óptimos resultados en el menor tiempo posible para disminuir el impacto en el medio ambiente.
